martes, 16 de febrero de 2010

CORREO DE LECTORES

TIERRA DE NADIE... O DE ALGUIEN

Estimado Señor Director:
¿No tenemos la sensación de que a veces extendemos la mano y tan sólo hallamos vacío?.
El pasado domingo 13 de Enero incendiaron mi automóvil Ford Mustang y el mismo permanece frente a mi casa en su total destrucción. Por el hecho acaecido, brindé una denuncia o exposición en su defecto, a la policia local, la cual, en reiterados y conocidos actos de pasividad aún no ha podido determinar indicios de él o los presuntos delincuentes. Al margen del valor económico alto o bajo del vehículo siniestrado, me quería referir a la impunidad atroz e inconmensurable del que gozan los delincuentes en cualquier punto del país, pero puntualmente en mi pueblo. ¿Se puede pensar en atisbos de complicidad entre policias y delincuentes? ¿No somos justos acaso en renegar, blasfemar y herir moralmente a un agente policial cuando conoce a quien cometió un delito, y aún así no actúa en defensa del damnificado? ¿Alguien se equivoca cuando juzga al ente policial como líder del salvajismo social?. No lo sé, Señor Director, yo sólo soy un hombre que trabaja sin fijar horarios y hasta que se demuestre lo contrario todos somos culpables de lo que nos acusan, estimo que cada cual es capaz de esgrimir su respectiva defensa.
Dicen que Mackenna se ha convertido en «Tierra de Nadie», y yo sostengo que es «Tierra de Alguien» que maneja a su antojo el placer de la injusticia.
Yo soy un ser humano, y como tal, caigo en tentaciones vanales o lógicas. ¿Cuál sería mi pena? ¿Tendría pena alguna si yo, en un acto de justiciero hiciese valer la Ley del Taleón?. Puedo llegar a soñar con la posibilidad del indulto, pero la aciaga realidad reza lo contrario.
Esta absurda ley de justicia aclara en letras mayúsculas que el ciudadano noble y servicial debe sufrir cualquier tipo de vejámenes porque ha nacido para ello, y los viles delincuentes deben actuar de la forma más cruel porque también han nacido para ello (y la ley los protege).
Yo lo escribo y lo grito a viva voz pero no lo sé a ciencia cierta, yo soy un hombre que sigue trabajando sin fijar horarios, pero cuando levanto la voz para gritar la verdad, la sociedad anónima dice que estoy loco. Yo me siento como un barco sin puerto, o como un pájaro sin nido, me siento sin nada justo y sólido a qué aferrarme, (y sigo trabajando sin fijar horarios, y sigo expresando mi indignación,,, y la Ley en su oficina tomando otro café).
Guillermo Fabián Lando
D.N.I. 23.107.264

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